La Mesa Extremeña en Defensa de la Caza, entidad que integra al 100 por cien del sector cinegético regional, ha mostrado su gran preocupación ante el inicio de la temporada debido a las últimas medidas que está impulsando la Administración autonómica. Unas medidas que, para la Mesa,  ponen en grave riesgo la viabilidad de la temporada cinegética y, en general, el futuro del sector en Extremadura.

En su última reunión, que tuvo lugar el jueves ocho de octubre en Badajoz, la Mesa Extremeña en Defensa de la Caza ha reclamado a la Junta de Extremadura que aumente los canales de interlocución con el sector, y que se avance –lo antes posible- para evitar la implantación de iniciativas que pueden ser muy perjudiciales para uno de los sectores económicos más importantes de la región.

En este sentido, lamentan la propuesta que hay sobre la mesa para la recogida de SANDACH (subproductos animales no destinados al consumo humano) en las monterías, que supondría un sobrecoste inasumible para muchas de las monterías extremeñas de aproximadamente 250 euros por cada 500 kilos al tener que contratar este servicio. A eso habría que sumarle las tasas que se pagan actualmente de 200 euros por el veterinario por cada acción. Este sobrecoste, señala la Mesa, que no está justificado y excede lo recogido en la normativa europea, podría hacer inviables muchas pequeñas y medianas monterías de la región, con el consiguiente perjuicio en materia de empleo.

Desde el sector cinegético ya se han producido los primeros contactos con la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorios, y la Mesa espera que en las próximas semanas se pueda seguir avanzando para alcanzar un acuerdo no perjudicial para el sector.

Por otra parte, la Mesa Extremeña en Defensa de la Caza ha expresado su gran preocupación por los planes de conservación de determinadas especies que esta Consejería acaba de sacar a información pública, unos planes que ponen en riesgo gran parte del calendario cinegético de Extremadura. Es el caso, por ejemplo, del plan de conservación del buitre negro, con más de 800 parejas reproductoras en Extremadura, que pretende prohibir en miles de hectáreas todo tipo de caza entre el 1 de febrero y el 15 de septiembre. Esto afectaría especialmente a las zonas menos desarrolladas económicamente de nuestra comunidad autónoma, con el consiguiente perjuicio para todos los sectores que se nutren de la caza, como el de la carne y el sector servicios, al tiempo que pondría en riesgo cientos de empleos en las zonas rurales.

Por todo ello, la esta organización hace un llamamiento a la Administración regional para que abra vías de diálogo permanente con el sector de la caza y para que, de forma conjunta, se trabaje y se avance en el mantenimiento de un sector con un enorme impacto socioeconómico en Extremadura.

La reunión de la Mesa Extremeña de la Caza se prolongó durante más de cuatro horas en un clima de gran unión, con el objetivo claro de trabajar para mejorar la situación del sector cinegético tanto a corto como a largo plazo.