Por fin el Club del Dogo Español. Es, por evidente, que este club nace como una necesidad cinológica, ubicando y dando su sitio a una realidad diferencial que ha viajado, a lo largo de la historia, de forma paralela a la de otras castas de tronco ibérico, como el Alano Español.

El Club del Dogo Español viene a corregir un agravio histórico y un error conceptual. Agravio histórico porque de los perros de presa ibéricos y su existencia, las referencias históricas y alusiones documentales acreditan su presencia en España de forma vernácula, siendo un pedazo de la historia de éste, nuestro país, avalando una idiosincrasia propia y diferencial como raza. El error conceptual arranca del (por otra parte aceptado por muchos que de esto poco o nada saben) disparate que unifica en una sola raza al Alano y al perro de presa, ninguneando o negando su existencia. Esto se produce desde la sempiterna desidia oficial y por los intereses propios de otros clubs que, desde su inmenso desconocimiento y su manifiesta incapacidad selectiva, han perpetuado el error de forma contumaz, criando dos razas bajo el mismo nombre y los mismos usos.

Es llamativo y paradójico que el mayor núcleo poblacional de perros con caracteres de perro de presa moloso o Dogo Español se dé dentro de ANCAE, verdadero vivero de molosos fuera del estándar del Alano y que se ajustan “casi” como un guante al nuevo estándar del Dogo Español.

De todos es conocida la deriva selectiva que se ha propiciado y auspiciado en los últimos, como mínimo, diez años en ANCAE hacia un extremo recesivo de presa español inserto en el Alano, sobrepasando todos los criterios funcionales y fenotípicos que hacen del Alano Español raza singular. Bajo el paraguas del Alano como moloso ligero, se ha potenciado una presión selectiva hacia molosos puros y duros que poco o nada tiene que ver con el Alano. Tanto es así, que los perros que cría un sector amplio de ANCAE deberían llamarse ANCALANOS. En el término ANCALANO no cargo ninguna connotación peyorativa, sólo describo un tipo de perro de pseudopresa que no es ni un moloso ligero ni un Alano y que, desgraciadamente en no pocas ocasiones para la caza, ni tiene pies, ni cuajo, ni presa.

La presentación del Dogo Español supone una salida viable para todos esos auténticos perros de presa del país que, bajo otro nombre, se han criado en los últimos diez años.

Es más que tangible que para muchas personas los perros de presa “molosotes” son extraordinariamente atractivos. Para ese perfil de aficionado, el Dogo Español se ceñirá como un neopreno a sus exigencias y gustos.

No entraré, por estéril, en al absurdo debate de si el Dogo Español es una recreación o una recuperación. Entiendo que parte de un tronco común de presas del país. D. Carlos Contera y compañía, con mucho criterio y trabajo selectivo, perfilaron y dieron forma al mítico Alano Español, desechando los presas más pesados, tipo Carpintero, y seleccionando los que más en tipo Alano pudieron utilizar; es decir, Contera apartó los presas pesados, cargados o “molosotes” del proceso selectivo del Alano Español, buscando al verdadero Alano corredor, zancajoso, de boca irreductible, discriminando el presa tipo que se potenció por parte de veterinarios en los concursos de los años cincuenta y sesenta. Lamentablemente, ANCAE ha hecho el camino justo en sentido opuesto, es decir, ANCAE heredó la carga  genética de Alanos como A. Godo, A. Goti, A. Puyas, A. Mitra, Silo de Viesques, etc. y ha degenerado en presas del país como Cartago, Talega, Romero, Ereño, Mamut y alguna otra exageración dentro del Alano y que, por contra, encontrará acomodo dentro del Dogo Español.

Insisto: El perro de presa del país o Dogo Español está documentado hasta la saciedad a lo largo de la historia y, por tanto, es un producto recreable, de la misma forma que se puede defender que sea una recuperación partiendo de ese tronco común de presas hispanos. En ambos casos el resultado es la normalización de una realidad existente tiempos ha.

La indignación que se percibe en el comunicado de ANCAE no es más que humo, fuegos de artificio para ocultar los verdaderos intereses y motivaciones. Se les escapa el monopolio del molosote bobón de moqueta. Dice el comunicado que no quiere crear polémica y, por contra, se despachan con un escrito propagandístico que, en mi opinión, está cargado de falacias, medias verdades, desconocimiento supino del Alano y del Dogo Español y una incongruencia que produce sonrojo.

Nos dicen, con toda su incontenida verborrea: “El estándar de la raza reconocido por la RSCE fue redactado por ANCAE, teniendo en cuenta los procedimientos y normativas de la FCI, y tomando como base los datos obtenidos en un estudio biométrico realizado en la raza. Este estándar no puede ser modificado a la ligera siguiendo los intereses de algunos o una moda más o menos pasajera. En el estándar se define el prototipo que deben seguir los criadores para implantar y desarrollar sus programas de cría, evitando la libre interpretación y la deriva, voluntaria o no, respecto al contenido mismo”. No puedo salir de mi asombro; el estándar del Alano de ANCAE o ANCALANO nació a imagen y semejanza de Curro, siguiendo a rajatabla los intereses y gustos personales de, básicamente, un par de “ingenieros” de ANCAE. Eso sí fue libre interpretación, alejándose del concepto de tipicidad, alejándose del Alano funcional, alejándose del tipo y conduciendo al Alano Español a la deriva que hoy gobierna con impunidad en el mundo de la moqueta. Curro, Duero, Cartago, se parecían o parecen a Godo, Silo, Goti o Carbonero, como se parece un huevo a una castaña.

Los ANCALANOS sí que desinforman a cualquier aficionado novel, presentando como modelo de la raza perros absolutamente alejados del ideal del Alano. Negar la coexistencia, no ya de tipos sino de razas es negar la mayor.

Perros como Tyson, Vitorino, Rebollo, Chato, Raimundo, etc. sencillamente son, o fueron, presas del país. Ahora serían Dogos Españoles. Por cierto, es muy significativo que la fotografía que aparece en el cartel publicitario de Archidona sea Rebollo. Rebollo fue un perro masivo, que estaría fuera del concepto mismo de Alano Español. Por tanto, bajo mi punto vista, ANCAE se despoja de disfraces y caretas y muestra lo que le gusta y marca con claridad su línea de cría. Resulta cómico, si no fuese porque lo dicen de verdad, leer en un comunicado de ANCAE: “En razas por todos conocidas se ha llegado a exageraciones y deformaciones extremas, alejadas de cualquier tipo de funcionalidad e incluso de un concepto de vida sano y saludable, y esto ha sido debido directamente a la deriva respecto del estándar causada por la cría inadecuada con tres motivaciones: a) Criterios estéticos, b) Criterios económicos y c) Criterios egocéntricos”.

¡¡Manda cojones!! Oigan, eso es lo que han hecho ustedes. La incongruencia es de tamaño brutal. Los perros de ustedes están en la exageración fenotípica y en la languidez psicológica.

El ANCALANO es una desproporción y un despropósito en sí mismo. Tienen ceguera canina y una interpretación parcial, sesgada e interesada del mundo del perro. El ANCALANO, a día de hoy, es un perro mucho más cercano al estándar del Dogo Español que al del Alano tipo, el Alano funcional. Ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el suyo. Aunque en realidad lo que preocupa de verdad es el nicho de mercado que el Dogo Español puede ocupar; esa es la verdad del cuento.

Nos dice el comunicado de ANCAE: “No obstante, no todo el que quiera tiene el derecho ni la capacidad de modificar una raza a su antojo y crear otra, o de reclasificarla y darle la denominación taxonómica que le venga en gana o que favorezca sus intereses”. Para decir esto, desde ANCAE, hay que tenerlos cuadrados. Ustedes han pasado de Goti o Carbonero, como modelo de Alano, a Pizarro, Sauron, Gorca, Atienza, etc. Ustedes, partiendo de una población racial estable y en tipo, han modificado y retorcido el concepto de la tipicidad hasta llegar al ANCALANO; claro que cualquiera sin capacidad y a su antojo puede modificar una raza y crear otra: ustedes lo han hecho. Han pasado de Cartuja, Tizona o Lana a verdaderas caricaturas que ridiculizan el nombre y la función del Alano Español.

Es evidente que ANCAE no entiende dos cosas, por lo menos: la primera es que ANCAE no es el Alano Español y, en mi opinión, ni siquiera es representativo ni del tipo ni del marcado carácter diferencial, psicológico y funcional de esta raza. Fuera de ANCAE hay alanos muy buenos; ustedes no son representativos del Alano en tipo y funcional, éstos están fuera de su club. La segunda es que no son conscientes de la pésima situación en la que han dejado al Alano, pensando, supongo, que el ser entidad colaboradora de la canina otorga “superpoderes” y “supercapacitación” para criar y seleccionar Alanos “puros” capaces de las más audaces, valerosas, temerarias y épicas gestas. Pues no; sus perros, en un gran porcentaje, están fuera de tipo. Los han convertido en animales exagerados, grotescos y poco útiles. Y para rematar su pésima gestión e interpretación selectiva del Alano Español, se les olvida que el Alano es una recreación más como el ca de bou, el presa canario el pachón o el perdiguero, y utilizan  como arma arrojadiza el argumento falaz de que el Dogo Español es una invención inexistente que se pretende recrear de una población de Alanos que están fuera del estándar. Ustedes, creadores del ANCALANO, son los que han sacado al Alano del estándar del perro de trabajo.

No se les olvide que el Alano parte de tres perros bisagra entre Alano y presa que son Txacur, Limón y Navarro, de una cruzada mil leches que es la Loli y de una Dogo Argentina que es Nieve. El Alano fue una recreación partiendo de “villano” tocados de bóxer, como Tureo, y de una Dogo Argentina. Es a partir de los F3 y F4 cuando se puede empezar a hablar de Alano Español. Esto es una verdad empírica.

¿Por qué el Dogo, amparándose en las mismas razones y argumentos históricos, no puede recrearse a partir de ANCALANOS? Todo lo que sea sacar el veneno y la ponzoña vertidos en los últimos diez años en el Alano, bienvenido sea. El Dogo Español representa el escape natural para todos aquellos a los que les gusta el perro molosote, disuasorio, de aspecto, de carácter marcado para la guarda y defensa, y leal y fiel compañero de la familia.

¿Se conseguirán estos objetivos? No lo sé. Pienso que se puede hacer y quiero que el Dogo Español se consolide. Deseo, con fervor de penitente, que se separe la paja del grano; deseo ver, en el campo, Alanos que sean Alanos en tipo y ver, en las moquetas, Alanos en tipo; deseo que salga toda la pus que tiene la herida del Alano y que todo aquel que venda o compre un Alano venda un perro funcional, sano, equilibrado y cargado de tipicidad, y que el que lo compre sea capaz de disfrutarlo.

Ojalá el Dogo Español sea una recreación del perro cargado de carácter y genio que describen las crónicas; ojalá sea funcional en lo suyo, en la guardería, en el trabajo civil. Los Alanos que sean pugnaces y los Dogos Españoles guardianes de porta. ¡Suerte, Dogo Español!