En un rincón de Extremadura, la vida de una madre y su hijo ha dado un giro inesperado gracias a un sorteo organizado por la Federación Extremeña de Caza (FEDEXCAZA). Isabel, una mujer que nunca había tenido contacto con la caza, se ha convertido en cazadora para compartir la pasión de su hijo, José Miguel. Este es un relato que demuestra cómo una afición puede unir y fortalecer los lazos familiares.

 

El Comienzo de la Aventura

Todo comenzó de manera casual para Isabel. Al participar en un sorteo de FEDEXCAZA, jamás imaginó que ganaría un rifle. “Vi que me había tocado un sorteo de la federación y era un rifle”, recuerda Isabel. Este inesperado premio, sin embargo, planteó un desafío: no tenía permiso de caza ni licencia de armas. Para José Miguel, la caza era un territorio desconocido, pero gracias al Proyecto PROADES ‘Caza y Naturaleza’ que organiza anualmente la federación en Alange, se propuso ser cazador cuando creciese. De esta manera animó a su madre a quedarse con el rifle, e Isabel decidida a no dejar escapar esta oportunidad, se puso manos a la obra y obtuvo ambas licencias. “Fue ahí donde comenzó todo”.

“En mi familia no hay nadie cazador y fíjate ahora la afición que tenemos los dos”, comenta Isabel con una sonrisa. Esta afición compartida no solo les ha permitido pasar más tiempo juntos, sino que ha creado un vínculo especial entre ellos. José Miguel considera un “privilegio” poder salir al campo con su madre y disfrutar de esta pasión que ahora comparten. Actualmente, José Miguel ya tiene 16 años y ha obtenido, al igual que su madre, todos los permisos necesarios.

La Magia de la Caza

Para Isabel, la caza ha significado mucho más que un simple pasatiempo. “Esa magia y ese sentimiento solo lo tienen quienes vivimos esta pasión”, afirma. La caza les ha brindado momentos de conexión con la naturaleza, enseñanzas sobre la fauna y la flora, y una oportunidad para desconectar del bullicio cotidiano y reconectar con lo esencial.

 

La historia de Isabel y José Miguel es un ejemplo inspirador de cómo una actividad puede transformar vidas y fortalecer relaciones. Su agradecimiento a FEDEXCAZA es inmenso, pues fue gracias a su sorteo, que descubrieron y profundizaron en esta afición. Mirando hacia el futuro, Isabel y José Miguel están emocionados por las aventuras que aún les esperan. La caza se ha convertido en una parte integral de sus vidas, y están ansiosos por seguir explorando juntos los paisajes extremeños y descubriendo todo lo que la naturaleza tiene para ofrecer.

Para otras familias que consideren la caza como una posible actividad para compartir, Isabel tiene un mensaje claro: “No duden en intentarlo. La caza es más que un deporte, es una forma de vida que te conecta con la naturaleza y con tus seres queridos”.

Así, la historia de Isabel y José Miguel no solo celebra la caza, sino también el poder de las experiencias compartidas para crear lazos indestructibles entre padres e hijos.